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Condenado por matar y enterrar a su amigo

Un hombre de 50 años identificado como Juan Carlos Gutiérrez fue condenado a nueve años de prisión por ser el autor del homicidio de Jorge Daniel Radolovich, cometido en julio de 2017 en la ciudad de Santa Fe. La pena fue resuelta por el juez Jorge Patrizi en el marco de un juicio en el que se abreviaron los procedimientos.

El fiscal que investigó los hechos es Gonzalo Iglesias quien le atribuyó a Gutiérrez la autoría del delito de homicidio simple.

Con un arma blanca

El homicidio que investigó Iglesias fue cometido el viernes 7 de julio de 2017 en inmediaciones de la calle Juan Díaz de Solís al 8100. “El condenado estaba en su casa bebiendo junto a la víctima, con quien mantenía una relación de amistad, y a quien le alquilaba una vivienda”, relató el fiscal.

“Según declaró el propio condenado, discutió con Radolovich y luego lo agredió con un cuchillo. Le provocó heridas corto punzantes en el cuello, las que le provocaron la muerte”, precisó el fiscal.

En tal sentido, agregó que “al día siguiente, Gutiérrez se presentó en la subcomisaría Tercera y relató lo que había sucedido la noche anterior. Además, confesó que él mismo había enterrado a la víctima en el patio de su casa”, concluyó.

Degollado

Vale recordar que durante la audiencia en la que tuvo tratamiento la cautelar, el fiscal Iglesias, dio sus fundamentos de por qué Gutiérrez debía permanecer preso y para ello enumeró la vasta evidencia que existe en la carpeta judicial.

En este punto se apuntó que cuando los policías llegaron a la casa, ubicada en la ochava noroeste de Juan Díaz de Solís y Azcuénaga, ingresaron por un portón que da a una galería y luego a un patio, donde se veía el montículo de tierra removida.

Adentro, sobre la mesa de la cocina, reposaba la cuchilla de puño de madera y ataduras hechas con alambre, con la que Gutiérrez aplicó un corte tipo degüello y dos puntazos profundos que le ocasionaron al huésped la muerte casi inmediata.

Con la mirada

Horas antes de la llegada de la policía, el propio Gutiérrez, casi sin pronunciar palabra, le indicó a su mujer con la mirada los lugares donde estaba el cuerpo y arma letal.

En definitiva, “no hay elementos que permitan pensar en una pelea”, sostuvo en su momento el fiscal Iglesias para desmontar la teoría de la defensa propia. “La víctima ha sido atacada de modo artero y directo”, quien apuntó además que “no se refleja ninguna otra herida para que pueda hablarse de una lesión defensiva”.

Sin arraigo

El fiscal sostuvo que Gutiérrez no tiene arraigo laboral ni familiar, y que actualmente se quedó sin casa, porque la que habitaba le pertenece a la familia de la víctima, todos elementos que aumentan los riesgos procesales ,especialmente el peligro de fuga.

La defensa por su parte, rechazó el planteo del Ministerio Público de la Acusación y postuló un caso de legítima defensa. En esa línea dijo que su pupilo no se fue del lugar sino que se entregó voluntariamente y que tanto él como sus allegados colaboraron en el esclarecimiento del hecho.

Por temor

Luego el propio imputado pidió para declarar ante el juez Carraro, ante quien pidió “mil perdones” a la familia Radolovich de quien se consideraba “amigo”. Y dijo: “Él llega borracho con una botella de ginebra y me invita a tomar. Discutimos por la casa. Me intenta agredir, y yo me defiendo por temor a los antecedentes que él tenía”.

Luego afirmó que “intenté esconder el cuerpo, no para darme a la fuga, sino porque estaba asustado. Después no me acuerdo más nada hasta que me desperté”.

La defensa le preguntó sobre los “antecedentes” a los que se refería, y Gutiérrez contestó: “Él estuvo muchísimo preso por homicidio. Tiene 5 muertes. Temía que me matara a mí también. Él me contó que había estado en la cárcel de Coronda”.

La camioneta

Ese sábado en que se descubrió el crimen de Jorge Radolivich, a cuatro cuadras de la casa de Gutiérrez, por calle French, apareció abandonada y sin llave, la camioneta Toyota Hilux bordó propiedad de la víctima.

El vehículo fue reconocido por la esposa del fallecido, quien consultada sobre lo ocurrido dijo que “mi marido siempre lo ayudó” a Gutiérrez. “Le daba trabajo, le prestaba plata y en ocasiones hasta le llevaba viandas” de comida.
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