Masiva votación en Argentina en la consulta contra Maduro
La consulta popular impulsada por la oposición al gobierno del presidente Nicolás Maduro tuvo este domingo en la Argentina una participación masiva, que superó las expectativas de los organizadores, al punto de agregar más mesas de votación e imprimir boletas para cada uno de los 18 centros que se habilitaron en el país, de los cuáles cinco estuvieron en la Ciudad de Buenos Aires.
"Según datos brindados por Migraciones, en la Argentina hay unos 35.000 residentes venezolanos. Lo que no podemos saber en detalle es cuántos de ellos son mayores de 18 años, que es el requisito para poder participar del plebiscito", dijo Andrés Goldenberg, secretario de la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) para la Argentina y responsable del recuento de la votación de este domingo a nivel nacional.
"Desde Cancillería, nos informaron que en el último año están llegando unos 1.000 venezolanos por semana a la Argentina, que es un 'país amigable', a diferencia de Estados Unidos, Costa Rica o Panamá, que son un poco más complicados como posibles destinos, sobre todo para lograr las residencias ", explicó Goldenberg en el centro de votación ubicado en el Paseo La Plaza.
En ese punto, a las tres de la tarde ya habían votado más de 2.000 venezolanos y otros tanto hacían fila a lo largo de unas nueve cuadras.
"En la última elección, votaron 1.000 venezolanos residentes en Argentina. Si bien sabíamos que el plebiscito (no reconocido legalmente por el gobierno de Venezuela) iba a convocar a más gente, como mucho creímos que íbamos a quintuplicar ese número. Nunca imaginamos que esto iba a ser tan masivo", detalló, aclarando que las mesas seguirán abiertas hasta que vote el último de la fila.
La manzana estaba rodeada por familias y jóvenes con banderas de Venezuela envolviendo sus cuerpos, camisetas de béisbol y fútbol de distintos equipos del país petrolero y gorras tricolores, que fueron las insignias preferidas sin distinción de sexo ni edad.
La colorida muchedumbre soportaba de manera pacífica y educada las tres horas que, en promedio, una persona tardaba en llegar a la mesa de votación en la que, una vez que presentaban su DNI o pasaporte, podían responder por "sí" o por "no" las tres preguntas que incluía la consulta, poner la boleta en la urna y luego dejar impresa su huella digital en la planilla de votación.
"¿Rechaza y desconoce la realización de una Constituyente propuesta por Nicolás Maduro sin la aprobación previa del pueblo de Venezuela? ¿Demanda a la Fuerza Armada Nacional y a todo funcionario público obedecer y defender la Constitución del año 1999 y respaldar las decisiones de la Asamblea Nacional? ¿Aprueba que se proceda a la renovación de los Poderes Públicos de acuerdo a lo establecido en la Constitución y a la realización de elecciones libres y transparentes, así como a la conformación de un Gobierno de Unión Nacional para restituir el orden nacional?", eran las preguntas que respondían los votantes.
La consulta no tiene el aval del Consejo Nacional Electoral (CNE), por lo que el gobierno de Maduro no la considera vinculante.
Sin embargo, la oposición sostiene que el plebiscito sí es vinculante, porque se basa en el artículo 72 y en el 350 de la Constitución Nacional de Venezuela, que dan cuenta de la "desobediencia popular".
"Una vez terminada la votación y contabilizado el total de las planillas, se van a quemar, porque no pueden quedar registros que puedan identificar a los votantes para evitar que, como en veces anteriores, se tomen luego represalias contra ellos", explicaron organizadores.
"Lo que sí se va a resguardar es la planilla con los totales de cada centro y a nivel nacional", detalló el secretario de la MUP en Argentina.
"Transparencia Electoral está en todos los puntos en los que se está haciendo el plebiscito. Me sorprende el compromiso de la gente. El nivel de participación da cuenta de las ganas que tienen de que cambie la situación en Venezuela. Pero, por otro lado, vemos cuántos están en esta suerte de exilio forzozo", dijo Silvia Collin, una de las representantes de la ONG.
"Vinimos hace un mes y medio, porque ya no podíamos más. Nos recibieron familiares que ya estaban instalados en la Argentina. Llegamos con mi marido y ya tenemos trabajo los dos. Vinimos porque queremos que la dictadura salga de Venezuela", dijo Anny Reyes Pinto, una abogada de 34 años que esperaba pacientemente llegar a la mesa para votar.
"Según datos brindados por Migraciones, en la Argentina hay unos 35.000 residentes venezolanos. Lo que no podemos saber en detalle es cuántos de ellos son mayores de 18 años, que es el requisito para poder participar del plebiscito", dijo Andrés Goldenberg, secretario de la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) para la Argentina y responsable del recuento de la votación de este domingo a nivel nacional.
"Desde Cancillería, nos informaron que en el último año están llegando unos 1.000 venezolanos por semana a la Argentina, que es un 'país amigable', a diferencia de Estados Unidos, Costa Rica o Panamá, que son un poco más complicados como posibles destinos, sobre todo para lograr las residencias ", explicó Goldenberg en el centro de votación ubicado en el Paseo La Plaza.
En ese punto, a las tres de la tarde ya habían votado más de 2.000 venezolanos y otros tanto hacían fila a lo largo de unas nueve cuadras.
"En la última elección, votaron 1.000 venezolanos residentes en Argentina. Si bien sabíamos que el plebiscito (no reconocido legalmente por el gobierno de Venezuela) iba a convocar a más gente, como mucho creímos que íbamos a quintuplicar ese número. Nunca imaginamos que esto iba a ser tan masivo", detalló, aclarando que las mesas seguirán abiertas hasta que vote el último de la fila.
La manzana estaba rodeada por familias y jóvenes con banderas de Venezuela envolviendo sus cuerpos, camisetas de béisbol y fútbol de distintos equipos del país petrolero y gorras tricolores, que fueron las insignias preferidas sin distinción de sexo ni edad.
La colorida muchedumbre soportaba de manera pacífica y educada las tres horas que, en promedio, una persona tardaba en llegar a la mesa de votación en la que, una vez que presentaban su DNI o pasaporte, podían responder por "sí" o por "no" las tres preguntas que incluía la consulta, poner la boleta en la urna y luego dejar impresa su huella digital en la planilla de votación.
"¿Rechaza y desconoce la realización de una Constituyente propuesta por Nicolás Maduro sin la aprobación previa del pueblo de Venezuela? ¿Demanda a la Fuerza Armada Nacional y a todo funcionario público obedecer y defender la Constitución del año 1999 y respaldar las decisiones de la Asamblea Nacional? ¿Aprueba que se proceda a la renovación de los Poderes Públicos de acuerdo a lo establecido en la Constitución y a la realización de elecciones libres y transparentes, así como a la conformación de un Gobierno de Unión Nacional para restituir el orden nacional?", eran las preguntas que respondían los votantes.
La consulta no tiene el aval del Consejo Nacional Electoral (CNE), por lo que el gobierno de Maduro no la considera vinculante.
Sin embargo, la oposición sostiene que el plebiscito sí es vinculante, porque se basa en el artículo 72 y en el 350 de la Constitución Nacional de Venezuela, que dan cuenta de la "desobediencia popular".
"Una vez terminada la votación y contabilizado el total de las planillas, se van a quemar, porque no pueden quedar registros que puedan identificar a los votantes para evitar que, como en veces anteriores, se tomen luego represalias contra ellos", explicaron organizadores.
"Lo que sí se va a resguardar es la planilla con los totales de cada centro y a nivel nacional", detalló el secretario de la MUP en Argentina.
"Transparencia Electoral está en todos los puntos en los que se está haciendo el plebiscito. Me sorprende el compromiso de la gente. El nivel de participación da cuenta de las ganas que tienen de que cambie la situación en Venezuela. Pero, por otro lado, vemos cuántos están en esta suerte de exilio forzozo", dijo Silvia Collin, una de las representantes de la ONG.
"Vinimos hace un mes y medio, porque ya no podíamos más. Nos recibieron familiares que ya estaban instalados en la Argentina. Llegamos con mi marido y ya tenemos trabajo los dos. Vinimos porque queremos que la dictadura salga de Venezuela", dijo Anny Reyes Pinto, una abogada de 34 años que esperaba pacientemente llegar a la mesa para votar.
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