Una mujer confesó que mató y enterró a su hijo en el patio
Una mujer se quebró y confesó ante en un llamado a la Policía que asesinó a su hijo y lo enterró en su casa, en la localidad de Río Segundo.
"No doy más, hace tres meses cometí una locura. Maté a mi hijo", fue lo que dijo la señora de unos 30 años.
Inmediatamente los efectivos se hicieron presentes en el domicilio, ubicado en un camino a las afueras de Pilar, y constataron que en el patio había un cráneo y unos huesos enterrados en una construcción a medio terminar.
El pequeño Luciano Gabriel, nació el 7 de febrero de 2013, y su madre lo asesinó, según confesó, porque no podía superar el fallecimiento de otro hijo por muerte súbita.
La mujer contó que le ató las manos y lo asfixió con una bolsa en la cabeza. Luego lo enterró.
No obstante, el Servicio Antropológico Forense y la Policía Científica estiman que el filicidio ocurrió hace un año y no hace tres meses como dijo la señora.
La fiscalía la imputó por el delito de homicidio calificado agravado por el vínculo y ordenó someterla a un examen psiquiáttico, mientras evalúa su traslado a Bouwer.
Los vecinos indicaron que la mujer tiene otros hijos pequeños, pero que no viven con ella.
"No doy más, hace tres meses cometí una locura. Maté a mi hijo", fue lo que dijo la señora de unos 30 años.
Inmediatamente los efectivos se hicieron presentes en el domicilio, ubicado en un camino a las afueras de Pilar, y constataron que en el patio había un cráneo y unos huesos enterrados en una construcción a medio terminar.
El pequeño Luciano Gabriel, nació el 7 de febrero de 2013, y su madre lo asesinó, según confesó, porque no podía superar el fallecimiento de otro hijo por muerte súbita.
La mujer contó que le ató las manos y lo asfixió con una bolsa en la cabeza. Luego lo enterró.
No obstante, el Servicio Antropológico Forense y la Policía Científica estiman que el filicidio ocurrió hace un año y no hace tres meses como dijo la señora.
La fiscalía la imputó por el delito de homicidio calificado agravado por el vínculo y ordenó someterla a un examen psiquiáttico, mientras evalúa su traslado a Bouwer.
Los vecinos indicaron que la mujer tiene otros hijos pequeños, pero que no viven con ella.
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