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Los programadores, el tesoro que buscan y no encuentran las empresas argentinas

Buscábamos 400 programadores. Y para eso teníamos que entrevistar a 4 mil, y se reciben 8 mil ingenieros por año. Todavía tenemos muy buenos recursos en Argentina pero es muy difícil una vez que se llega a cierta escala seguir creciendo en el país”, contaba Marcos Galperín, CEO de MercadoLibre, durante el Foro de Inversión que se realizó en 2016.

La demanda de programadores (que no son necesariamente ingenieros) va en aumento en la Argentina y empresas privadas como la de Galperín, Globant, Despegar y otras tantas los buscan como un tesoro. El año pasado quedaron 4 mil puestos sin cubrir, según la Cámara del Software y Servicios Informáticos (CESSI). El gobierno calcula que se necesitarán 40 mil más en los próximos dos años. “Pero hay una demanda oculta”, explica Carlos Pallotti, subsecretario de Servicios Tecnológicos y Productivos de la Nación (dependiente de Producción). “Son los que evitan decir que los van a buscar porque saben que no los van a encontrar. Pero aspiramos a que en un futuro más empresas puedan traer o abrir sus operaciones aquí con los recursos necesarios”, agrega.

El Instituto Nacional de Educación Tecnológica sostiene que el 51 por ciento de las empresas argentinas enfrenta dificultades para contratar este tipo de trabajadores y las principales causas obedecen a la falta de competencia técnica, falta de experiencia y la ausencia de candidatos. De hecho los servicios informáticos son una de las ramas más dinámicas en materia de empleo formal en Argentina en los últimos 20 años, que crece cada año.

111mil y Codo a Codo

Desde el Estado, en tanto, empezaron algunas iniciativas que invitan a estudiar programación de manera gratuita, en todo el país. El plan 111mil es una iniciativa del Ministerio de Educación, Trabajo y Producción. El objetivo, dicen, es de acá a cuatro años “capacitar 100 mil programadores, 10 mil profesionales y mil emprendedores”. ¿El requisito? Tener secundario completo. Este año habrá 35 mil personas participando del programa en todo el país. En CABA, por ejemplo, ya iniciaron las clases de “Codo a Codo”, la versión porteña del plan.

"Las nuevas tecnologías van a traer nuevos desafíos, que van a requerir habilidades específicas. Además de ofrecer formación, trabajamos en conjunto con el sector privado para detectar necesidades y ofrecerles a los futuros programadores una demanda de trabajo que facilite su ingreso en el mercado", explican Soledad Acuña y Andy Freire, ministros de Educación y Modernización porteños, respectivamente.

En la Ciudad el programa consta de cuatro módulos: técnicas de programación, bases de datos, programación orientada a objetos y desarrollo de software. Contempla lo que se conoce como programación multiplataforma usando el lenguaje Java y MySQL. El curso tiene una duración total de 364 horas, dictadas en clases de 3 horas, 2 veces por semana. Estas horas de cursada están repartidas entre clases presenciales y virtuales. Dura 10 meses. Cuentan con 30 sedes y más de 200 comisiones en tres turnos (mañana, tarde y noche).

Tras concluir la cursada y los exámenes, los alumnos de todo el país reciben una certificación de conocimientos acordada con el Ministerio de Producción, Trabajo y Educación de la Nación, que tiene validez nacional y es reconocida por las empresas del sector.

Un negocio para todos

Según datos del Estudio del Observatorio Permanente de la Industria de Software y Servicios Informáticos de la Argentina, un programador sin experiencia previa ganaba 16.600 a principios de 2017. Alguien semi-senior, $24.500 y alguien con más trayectoria, 33 mil. Solo en el primer trimestre de 2016 se generaron 3.400 nuevos puestos. Los datos de Encuestas IT (un sitio de información pública sobre tendencias salariales y condiciones laborales en IT, en base a encuestas online) revela que el mínimo neto de un programador novato fue de 9744 pesos.

Durante 2015, el perfil técnico más demandado fue el de desarrollador de aplicaciones, mientras que el puesto que presentó más dificultad al momento de ser cubierto fue el de arquitecto de soluciones, reveló el mismo reporte.

“Los objetivos de Codo a codo son dos: por un lado, cubrir las necesidades de las empresas tecnológicas locales en crecimiento, pero también darle opciones y herramientas de autoempleo a los futuros programadores para exportar sus conocimientos”, vaticinan Freire y Acuña.

Estudiar gratis y online

Además de 111mil, existen otras herramientas exclusivamente online que pueden ayudar a estudiar programación. Microsoft tiene un sitio donde dicta cursos virtuales para gente sin experiencia previa. A esto se le suman plataformas como Mumuki, creada por cuatro argentinos, y lista para ser utilizada por chicos mayores a 13 años. Otras como Scrachtjr, se enfocan en niños más pequeños (entre 4 y 7 años). De forma gratuita, una de las más exitosas donde se puede aprender lenguajes como Python, PHP, JavaScript, y Ruby, entre otros, es CodeCademy.

También hay varias ONGs y empresas locales que llevan adelante programas para enseñar a escribir código como forma de inclusión social y para ofrecer una salida laboral a quienes no tienen estudios universitarios.
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