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Hubo más de 500 cambios de identidad de género desde 2012

Desde la promulgación en 2012 de la ley 26.743, que garantiza el libre desarrollo conforme a la identidad de género, y hasta enero de 2017, las oficinas del Registro Civil hicieron en la provincia alrededor de 504 cambios de documentos para personas que querían asentar en los papeles los nombres que las identifican desde hace mucho tiempo. Poco a poco el cumplimiento de la legislación brindó un marco distinto a quienes buscaban un trato digno y conforme a lo que sentían, más allá de lo físico.

La historia de Georgina Pardo es uno de esos relatos en los que la lucha por derechos marca el rumbo. El documento nacional de identidad con nuevo nombre y sexo fue uno de los primeros frutos de su pelea. Su caso, al igual que el de muchas otras personas, refleja el impacto de ley de identidad de género.

El 2012 fue el año que en Salta se ubicó como el período con mayor cantidad de registros: 147 actas. Desde ese momento hasta ahora los cambios de DNI fueron, en promedio, noventa por año. Las estadísticas del organismo evidencian una realidad que se establece paulatinamente con el reconocimiento y libertad.

Varias de las personas que hicieron la modificación también son protagonistas de matrimonios igualitarios, que llegan a 96 en toda la provincia.

Los datos fueron proporcionados por el Registro Civil local y dan cuenta de que, solo en enero, 11 personas tramitaron nueva identidad.

Precedente

"Tuve dos pilares fundamentales en mi vida. Uno fue mi papá que, a comparación de otros, no me echó de la casa. Poco a poco fue adaptándose a mi cambio. Y el otro fue mi jefe, quien siempre supo darme su confianza para ir ganando más espacio en mi trabajo", relató aEl TribunoGeorgina Pardo, quien en octubre del año pasado se sometió a la cirugía de reasignación de género.

Su caso fue el primero en el que una obra social de Salta tuvo que hacerse cargo del 100% de la intervención (realizada en Buenos Aires) y el posterior tratamiento.

"Cuando te ves reflejada en un nuevo DNI salís a la vida de manera distinta y con plena identidad. Si volviera a nacer, volvería a ser la que soy", relató la mujer, que es empleada en un negocio de insumos ópticos y se encuentra a la espera de una nueva cirugía, esta vez relacionada con las mamas.

De ambos sexos

Los cambios en la identidad de género no son exclusividad para ningún sexo.

"Siempre me respetaron pero con la nueva identidad tuve más confianza en mí mismo", dijo Eduardo Real, un estudiante de Ingeniería y también empleado de comercio salteño. Con espacios ganados y otros aún pendientes, todavía hay reclamos para que se cumplan aspectos de la ley de identidad de género que están pendientes, como los tratamientos de salud para los que necesitan adaptar su cuerpo a su identidad autopercibida.

"Estaría bueno que el sistema de Salud Pública en la provincia también ofrezca la posibilidad de las cirugías de reasignación de sexo porque no todos tenemos obra social", agregó Eduardo.

Si de desafíos se trata, el cupo laboral para personas trans es uno de ellos, además de la defensa de los derechos por parte del Estado. En este sentido, la creación de dependencias de la Diversidad tanto en el ámbito municipal como provincial es un pedido de diferentes sectores que reclaman más participación.

La felicidad de vivir en libertad

Entendida la identidad de género como la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, el cambio de identidad tuvo amplia aceptación en Salta. Carla Champicien fue una de las primeras que concurrió al Registro Civil provincial para realizar el trámite. “Si tendría que definir lo que significó para mí el cambio de identidad, sería con una sola palabra: democracia”, contó a El Tribuno Carla.
Nacida en un hogar humilde junto a sus siete hermanos y su mamá, ella recuerda su infancia como una etapa en la que nunca sufrió discriminación por parte de su entorno familiar, aunque en el caso de su madre el proceso de aceptación llevó un tiempo.
Casada hace dos años luego de una relación de diez años, ella se define como una mujer feliz, con libertad de vivir y ser llamada como realmente se siente. Además, disfruta de ser ama de casa, aunque todavía sueña con que las oportunidades laborales y de acceso a la educación se cumplan para todas las personas que integran el colectivo LGBTI.
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