Un taxista filmó dos ovnis en la ruta 34
La ruta nacional 34 casi llegando a Embarcación estaba tranquila, poco transitada y la tarde era muy calurosa. Cuando estábamos llegando a Embarcación circulando en sentido norte-sur, miré el cielo hacia mi mano derecha donde se pierde el sol; pero vi una luz potentísima que no se correspondía con el sol, sino que estaba más en dirección sudoeste, al punto que el sol quedaba un poco más hacia el noroeste para ser exacto describió el taxista.
Cuando circuló unos metros más, ante sus ojos aparecieron dos puntos negros, redondeados, pero perfectamente visibles, que se ubicaron en las cercanías de esa potente luz que se veía en el cielo.
Un poco más atrás dice que alcanzó a ver otros tres puntos oscuros en el cielo, pero un tanto más difusos.
Le pedí permiso a la pasajera para detenerme un momento, me bajé del auto y alcancé a sacar un par de fotos, relató todavía conmovido por el recuerdo de lo que vivió.
Y cuando giré la cabeza para decirle a la pasajera que mire lo que yo estaba viendo en el cielo, las dos manchas negras, las otras más difusas y la luz tan potente, literalmente desaparecieron, al punto que no me dieron tiempo de mostrarle a la señora para qué me había detenido. Pero yo ya había registrado las imágenes, expresó Antonio Adanto con cierta satisfacción.
La segunda experiencia
No es la primera vez que este taxista de Tartagal logra registrar imágenes de este tipo y él mismo lo atribuye al hecho de prestar atención, mirar siempre el cielo, vaya por donde vaya. Quizá mucha más gente alcanzaría a registrar estas imágenes o al menos verlas, pero me toca a mí porque siempre que viajo llevando pasajeros me gusta mirar el paisaje, cada detalle y, sobre todo, mirar cómo el cielo muestra imágenes sorprendentes, explicó.
Tres años atrás fue una hija de Antonio, que en ese momento tenía 12 años, que en la misma dirección que el viernes le tocó a su padre, una tarde verano y casi a la misma hora, alcanzó a ver y registrar unas imágenes similares.
No se asustó
Mi nena no se asustó, sino que por el contrario corrió a buscar una cámara fotográfica. Allí registró esa imagen, muy parecida a la que me tocó ver el viernes anterior. Lo sorprendente es que con la misma velocidad con que aparecieron esas manchas negras, se esfumaron. No me dieron tiempo ni a girar la cabeza que ya no estaban. Me sorprendió esa luz que estaba a una gran distancia del sol por eso era imposible confundirla a una con otra, pero en general la imagen era muy sorprendente, describió
Cuando circuló unos metros más, ante sus ojos aparecieron dos puntos negros, redondeados, pero perfectamente visibles, que se ubicaron en las cercanías de esa potente luz que se veía en el cielo.
Un poco más atrás dice que alcanzó a ver otros tres puntos oscuros en el cielo, pero un tanto más difusos.
Le pedí permiso a la pasajera para detenerme un momento, me bajé del auto y alcancé a sacar un par de fotos, relató todavía conmovido por el recuerdo de lo que vivió.
Y cuando giré la cabeza para decirle a la pasajera que mire lo que yo estaba viendo en el cielo, las dos manchas negras, las otras más difusas y la luz tan potente, literalmente desaparecieron, al punto que no me dieron tiempo de mostrarle a la señora para qué me había detenido. Pero yo ya había registrado las imágenes, expresó Antonio Adanto con cierta satisfacción.
La segunda experiencia
No es la primera vez que este taxista de Tartagal logra registrar imágenes de este tipo y él mismo lo atribuye al hecho de prestar atención, mirar siempre el cielo, vaya por donde vaya. Quizá mucha más gente alcanzaría a registrar estas imágenes o al menos verlas, pero me toca a mí porque siempre que viajo llevando pasajeros me gusta mirar el paisaje, cada detalle y, sobre todo, mirar cómo el cielo muestra imágenes sorprendentes, explicó.
Tres años atrás fue una hija de Antonio, que en ese momento tenía 12 años, que en la misma dirección que el viernes le tocó a su padre, una tarde verano y casi a la misma hora, alcanzó a ver y registrar unas imágenes similares.
No se asustó
Mi nena no se asustó, sino que por el contrario corrió a buscar una cámara fotográfica. Allí registró esa imagen, muy parecida a la que me tocó ver el viernes anterior. Lo sorprendente es que con la misma velocidad con que aparecieron esas manchas negras, se esfumaron. No me dieron tiempo ni a girar la cabeza que ya no estaban. Me sorprendió esa luz que estaba a una gran distancia del sol por eso era imposible confundirla a una con otra, pero en general la imagen era muy sorprendente, describió
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