Los docentes exigen abrir la discusión salarial la semana próxima y sin techo
Con los primeros borradores de sus pretensiones salariales en mano, los gremios docentes exigieron que el gobierno provincial los invite con premura para discutir aumentos. Según estimaron dirigentes de los sindicatos que agrupan a los educadores de escuelas públicas (Amsafé) y privadas (Sadop), la convocatoria "no puede pasar de los primeros días de febrero". Además, rechazaron la pretensión de establecer un techo del 20 por ciento para los incrementos de sueldo. "Resulta inaceptable para cualquier trabajador", consideraron y advirtieron que a las previsiones de inflación para los próximos 12 meses hay que sumar el desfasaje entre el aumento obtenido el año pasado y el crecimiento del costo de vida. De esta forma, la demanda del sector se ubicaría por encima del 30 por ciento.
La puja salarial de los docentes es, tradicionalmente, la primera del año. Con el inicio de clases proyectado este año para el 6 de marzo, los gremios ya se declararon en estado de alerta y movilización para exigir el cumplimiento de paritarias nacionales. Fue a principios de mes, después de que el ministro de Educación Nacional, Esteban Bullrich, manifestara que la discusión salarial debía limitarse al ámbito provincial, a contrapelo de la ley de financiamiento educativo y de la dinámica que tuvieron las negociaciones en los últimos años.
Para la dirigente de la Ctera a nivel nacional y de la Amsafé provincial, Sonia Alesso, esta situación "anticipa un escenario conflictivo", ya que el acuerdo alcanzado entre los gremios y el gobierno nacional sirve tradicionalmente de piso para las paritarias provinciales y, además, establece el pago del fondo compensador y del incentivo docente.
Sin embargo, no es el único dato que augura tormentas. La insistencia de que los acuerdos salariales se cierren en función de los pronósticos de inflación futura también enciende alerta entre los gremios que agrupan a los maestros. Un antecedente en este camino fue el acuerdo que sellaron los estatales bonaerenses, que pactaron una suba del 18 por ciento, a pagarse en cuatro cuotas y con la posibilidad de ajustarse si la inflación resulta más alta.
Para Alesso, ajustar la pretensión salarial a los pronósticos de inflación futura "resulta inaceptable para cualquier trabajador, ya que esto no tiene en cuenta la pérdida del poder adquisitivo sufrida por el salario durante 2016".
Este punto, recordó, tuvo su capítulo provincial a fines del año pasado, cuando los gremios estatales reclamaron la reapertura de paritarias.
Por esto, reclamó que el gobierno provincial convoque a discutir salarios "con tiempo", es decir no más allá "de los primeros días de febrero".
Y si bien no quiso anticipar un porcentaje de aumento pretendido estimó que en el centro de la discusión debe ubicarse "la efectiva pérdida del poder adquisitivo del salario" registrada durante el año que pasó.
Subestimada
El secretario general del Sadop Rosario, Martín Lucero, coincidió en calificar de inadmisible la pretensión de fijar un techo para las próximas discusiones salariales.
Según advirtió, "la expectativa del gobierno nacional de una inflación del 17 por ciento está subestimada, ya que los mismos incrementos de tarifas y combustibles que el gobierno está autorizando la pondrán por encima de ese porcentaje".
En este sentido, recordó que estudios privados consideran porcentajes por encima de la previsión del 17 por ciento. Ecolatina, por ejemplo, habla del 21 por ciento y la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (Umet), que habitualmente sirve de referencia gremial, considera que la inflación del año que recién comienza será de un 25 por ciento. "Lo cual dice que claramente el parámetro va a estar más arriba", apuntó.
El sindicato de los docentes particulares elabora su propio estudio técnico donde se consideran no sólo las previsiones inflacionarias sino el impacto de los últimos aumentos del salario docente. Este trabajo estará listo durante las primeras semanas de febrero, para poder incorporar los datos correspondientes a este mes.
"A las previsiones de inflación de este año, vamos a sumar la diferencia entre lo obtenido en la paritaria pasada (entre el 32 y el 35 por ciento de aumento) y la inflación del período (considerada entre 42 y 43 por ciento)", apuntó Lucero. Así, la demanda del sindicato, superaría el 30 por ciento de incremento salarial.
La puja salarial de los docentes es, tradicionalmente, la primera del año. Con el inicio de clases proyectado este año para el 6 de marzo, los gremios ya se declararon en estado de alerta y movilización para exigir el cumplimiento de paritarias nacionales. Fue a principios de mes, después de que el ministro de Educación Nacional, Esteban Bullrich, manifestara que la discusión salarial debía limitarse al ámbito provincial, a contrapelo de la ley de financiamiento educativo y de la dinámica que tuvieron las negociaciones en los últimos años.
Para la dirigente de la Ctera a nivel nacional y de la Amsafé provincial, Sonia Alesso, esta situación "anticipa un escenario conflictivo", ya que el acuerdo alcanzado entre los gremios y el gobierno nacional sirve tradicionalmente de piso para las paritarias provinciales y, además, establece el pago del fondo compensador y del incentivo docente.
Sin embargo, no es el único dato que augura tormentas. La insistencia de que los acuerdos salariales se cierren en función de los pronósticos de inflación futura también enciende alerta entre los gremios que agrupan a los maestros. Un antecedente en este camino fue el acuerdo que sellaron los estatales bonaerenses, que pactaron una suba del 18 por ciento, a pagarse en cuatro cuotas y con la posibilidad de ajustarse si la inflación resulta más alta.
Para Alesso, ajustar la pretensión salarial a los pronósticos de inflación futura "resulta inaceptable para cualquier trabajador, ya que esto no tiene en cuenta la pérdida del poder adquisitivo sufrida por el salario durante 2016".
Este punto, recordó, tuvo su capítulo provincial a fines del año pasado, cuando los gremios estatales reclamaron la reapertura de paritarias.
Por esto, reclamó que el gobierno provincial convoque a discutir salarios "con tiempo", es decir no más allá "de los primeros días de febrero".
Y si bien no quiso anticipar un porcentaje de aumento pretendido estimó que en el centro de la discusión debe ubicarse "la efectiva pérdida del poder adquisitivo del salario" registrada durante el año que pasó.
Subestimada
El secretario general del Sadop Rosario, Martín Lucero, coincidió en calificar de inadmisible la pretensión de fijar un techo para las próximas discusiones salariales.
Según advirtió, "la expectativa del gobierno nacional de una inflación del 17 por ciento está subestimada, ya que los mismos incrementos de tarifas y combustibles que el gobierno está autorizando la pondrán por encima de ese porcentaje".
En este sentido, recordó que estudios privados consideran porcentajes por encima de la previsión del 17 por ciento. Ecolatina, por ejemplo, habla del 21 por ciento y la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (Umet), que habitualmente sirve de referencia gremial, considera que la inflación del año que recién comienza será de un 25 por ciento. "Lo cual dice que claramente el parámetro va a estar más arriba", apuntó.
El sindicato de los docentes particulares elabora su propio estudio técnico donde se consideran no sólo las previsiones inflacionarias sino el impacto de los últimos aumentos del salario docente. Este trabajo estará listo durante las primeras semanas de febrero, para poder incorporar los datos correspondientes a este mes.
"A las previsiones de inflación de este año, vamos a sumar la diferencia entre lo obtenido en la paritaria pasada (entre el 32 y el 35 por ciento de aumento) y la inflación del período (considerada entre 42 y 43 por ciento)", apuntó Lucero. Así, la demanda del sindicato, superaría el 30 por ciento de incremento salarial.
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