Por ley, establecen el 7 de octubre como el Día Nacional de la Identidad Villera
Mugica fue un sacerdote vinculado al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y a las luchas populares de la Argentina de las décadas de 1960 y 1970. También fue el fundador de la parroquia Cristo Obrero de la Villa 31 de Retiro.
El proyecto aprobado hoy también establece que el Ministerio de Educación de la Nación promoverá la "incorporación en el calendario escolar de la fecha mencionada" e "implementará actividades tendientes a difundir entre los alumnos el conocimiento y el significado de la conmemoración resaltando los valores" que "componen la identidad villera como la solidaridad, optimismo, esperanza, generosidad, humildad y el valor por lo colectivo".
Carlos Francisco Sergio Mugica Echagüe (Buenos Aires, Argentina, 7 de octubre de 1930 - 11 de mayo de 1974) fue un sacerdote y profesor argentino vinculado al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y a las luchas populares de la Argentina de las décadas de 1960 y 1970.
El apostolado de Mugica se caracterizó por su «opción preferencial por los pobres». La mayor parte de su labor comunitaria tuvo lugar en la Villa 31 de Retiro, donde fundó la parroquia Cristo Obrero.
Carlos Mugica murió asesinado a balazos, después de celebrar misa en la iglesia de San Francisco Solano, en Villa Luro.
Sus frases y oraciones
Luego de que el 2 de julio de 1971 estallara una bomba frente al edificio donde vivían los padres de Mugica, y que cuatro desconocidos se presentaran en la Villa de Retiro en busca del sacerdote, Carlos pronunció una frase que se citaría como su testamento espiritual,37 y que tomó difusión luego de su muerte:
Nada ni nadie me impedirá servir a Jesucristo y a su Iglesia, luchando junto a los pobres por su liberación. Si el Señor me concede el privilegio, que no merezco, de perder la vida en esta empresa, estoy a su disposición.38
Carlos Mugica, agosto de 1971
Carlos Mugica creó varias oraciones propias. Entre ellas se cuenta la siguiente de 1969,39 reiterada hoy por los «curas villeros»:
Imagen de la Villa 31, donde Carlos Mugica desarrolló su apostolado caracterizado por su «opción por los pobres».
Señor, perdóname por haberme acostumbrado
a ver que los chicos parezcan tener ocho años y tengan trece.
Señor, perdóname por haberme acostumbrado
a chapotear en el barro. Yo me puedo ir, ellos no.
Señor, perdóname por haber aprendido a soportar el olor de aguas servidas,
de las que puedo no sufrir, ellos no.
Señor, perdóname por encender la luz y olvidarme que ellos no pueden hacerlo.
Señor, yo puedo hacer huelga de hambre y ellos no,
porque nadie puede hacer huelga con su propia hambre.
Señor, perdóname por decirles 'no solo de pan vive el hombre'
y no luchar con todo para que rescaten su pan.
Señor, quiero quererlos por ellos y no por mí.
Señor, quiero morir por ellos, ayúdame a vivir para ellos.
Señor, quiero estar con ellos a la hora de la luz.40
El proyecto aprobado hoy también establece que el Ministerio de Educación de la Nación promoverá la "incorporación en el calendario escolar de la fecha mencionada" e "implementará actividades tendientes a difundir entre los alumnos el conocimiento y el significado de la conmemoración resaltando los valores" que "componen la identidad villera como la solidaridad, optimismo, esperanza, generosidad, humildad y el valor por lo colectivo".
Carlos Francisco Sergio Mugica Echagüe (Buenos Aires, Argentina, 7 de octubre de 1930 - 11 de mayo de 1974) fue un sacerdote y profesor argentino vinculado al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y a las luchas populares de la Argentina de las décadas de 1960 y 1970.
El apostolado de Mugica se caracterizó por su «opción preferencial por los pobres». La mayor parte de su labor comunitaria tuvo lugar en la Villa 31 de Retiro, donde fundó la parroquia Cristo Obrero.
Carlos Mugica murió asesinado a balazos, después de celebrar misa en la iglesia de San Francisco Solano, en Villa Luro.
Sus frases y oraciones
Luego de que el 2 de julio de 1971 estallara una bomba frente al edificio donde vivían los padres de Mugica, y que cuatro desconocidos se presentaran en la Villa de Retiro en busca del sacerdote, Carlos pronunció una frase que se citaría como su testamento espiritual,37 y que tomó difusión luego de su muerte:
Nada ni nadie me impedirá servir a Jesucristo y a su Iglesia, luchando junto a los pobres por su liberación. Si el Señor me concede el privilegio, que no merezco, de perder la vida en esta empresa, estoy a su disposición.38
Carlos Mugica, agosto de 1971
Carlos Mugica creó varias oraciones propias. Entre ellas se cuenta la siguiente de 1969,39 reiterada hoy por los «curas villeros»:
Imagen de la Villa 31, donde Carlos Mugica desarrolló su apostolado caracterizado por su «opción por los pobres».
Señor, perdóname por haberme acostumbrado
a ver que los chicos parezcan tener ocho años y tengan trece.
Señor, perdóname por haberme acostumbrado
a chapotear en el barro. Yo me puedo ir, ellos no.
Señor, perdóname por haber aprendido a soportar el olor de aguas servidas,
de las que puedo no sufrir, ellos no.
Señor, perdóname por encender la luz y olvidarme que ellos no pueden hacerlo.
Señor, yo puedo hacer huelga de hambre y ellos no,
porque nadie puede hacer huelga con su propia hambre.
Señor, perdóname por decirles 'no solo de pan vive el hombre'
y no luchar con todo para que rescaten su pan.
Señor, quiero quererlos por ellos y no por mí.
Señor, quiero morir por ellos, ayúdame a vivir para ellos.
Señor, quiero estar con ellos a la hora de la luz.40
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