Fue secuestrada y logró ser rescatada gracias a Facebook
Mayra García, una joven de 18 años de La Pampa, fue secuestrada por su pareja y durante un mes y medio sufrió un calvario en Paraguay, pero gracias a un mensaje de Facebook la rescataron.
"Los moretones se me veían porque estaban en todas partes: tenía en las piernas, en los brazos, en la cabeza. De hecho, uno de los brazos quedó fisurado y tenía que andar con un pañuelo", contó en detalle la joven a Cadena 3.
Mayra llegó a villa "La Emboscada", un suburbio de Asunción, engañada por su pareja Cristian Romero Gamarral, de 19 años, quien se encuentra detenido.
La adolescente de 18 años logró un día escapar y pedir ayuda a una vecina, quien le mandó por Facebook un mensaje a su familia y -a través del contacto--, las unidades especiales de Delitos Complejos y de Trata de Personas la ubicaron.
Recordó que la noche que la rescataron, le pidieron que confirmara su identidad y cuando lo hizo, se largó a llorar de la emoción.
"Estuve en un hotel, hablé con estos chicos de Trata, me dieron mucha contención", indicó.
Los investigadores creen que Mayra iba a ser vendida a una red de trata de personas.
El ministro de Seguridad de La Pampa, Juan Carlos Tierno, reconoció en diálogo con Cadena 3 el apoyo del ministerio nacional para llevar adelante este operativo.
"Si no hubiésemos tenido disposición, ni el acompañamiento del Ministerio de Seguridad Nacional, no podríamos haber logrado lo que alcanzamos", completó.
Una película de terror
"Fue horrible lo que viví porque son costumbres distintas y la gente me odiaba porque tengo tatuajes y un arito, cosas que ellos no usan", agregó y continuó: "Cuando estaba allá, no hacía nada. Tenía que estar adentro de la casa. Solamente podía salir para visitar a su abuela que vive al lado o a su tía que es en la esquina".
Recordó que Gamarral no trabajaba y, sin embargo, "salía todo el día para drogarse".
"Cuando llegaba y no me encontraba, empezaba la pelea. La última vez fueron cachetadas. Siempre fueron piñas y hasta la última vez fue con un cuchillo y me cortó", añadió.
Que no se repita
Si tuve la valentía de poder escaparme quiero que las otras chicas vean lo que les puede pasar porque no saben si las pueden vender, matar o violar", sostuvo.
La joven continuó: "Yo no tenía otra salida, era escapar o pasar a mayores y yo no quería que pasara a mayores".
"Hablen con su mamá y háganle caso", completó.
Mayra se recupera en su casa de Santa Rosa, en La Pampa, junto a su madre y hermanos.
Si sos víctima o conocés a alguien que sufra violencia de género llamá al 144 las 24 horas
"Los moretones se me veían porque estaban en todas partes: tenía en las piernas, en los brazos, en la cabeza. De hecho, uno de los brazos quedó fisurado y tenía que andar con un pañuelo", contó en detalle la joven a Cadena 3.
Mayra llegó a villa "La Emboscada", un suburbio de Asunción, engañada por su pareja Cristian Romero Gamarral, de 19 años, quien se encuentra detenido.
La adolescente de 18 años logró un día escapar y pedir ayuda a una vecina, quien le mandó por Facebook un mensaje a su familia y -a través del contacto--, las unidades especiales de Delitos Complejos y de Trata de Personas la ubicaron.
Recordó que la noche que la rescataron, le pidieron que confirmara su identidad y cuando lo hizo, se largó a llorar de la emoción.
"Estuve en un hotel, hablé con estos chicos de Trata, me dieron mucha contención", indicó.
Los investigadores creen que Mayra iba a ser vendida a una red de trata de personas.
El ministro de Seguridad de La Pampa, Juan Carlos Tierno, reconoció en diálogo con Cadena 3 el apoyo del ministerio nacional para llevar adelante este operativo.
"Si no hubiésemos tenido disposición, ni el acompañamiento del Ministerio de Seguridad Nacional, no podríamos haber logrado lo que alcanzamos", completó.
Una película de terror
"Fue horrible lo que viví porque son costumbres distintas y la gente me odiaba porque tengo tatuajes y un arito, cosas que ellos no usan", agregó y continuó: "Cuando estaba allá, no hacía nada. Tenía que estar adentro de la casa. Solamente podía salir para visitar a su abuela que vive al lado o a su tía que es en la esquina".
Recordó que Gamarral no trabajaba y, sin embargo, "salía todo el día para drogarse".
"Cuando llegaba y no me encontraba, empezaba la pelea. La última vez fueron cachetadas. Siempre fueron piñas y hasta la última vez fue con un cuchillo y me cortó", añadió.
Que no se repita
Si tuve la valentía de poder escaparme quiero que las otras chicas vean lo que les puede pasar porque no saben si las pueden vender, matar o violar", sostuvo.
La joven continuó: "Yo no tenía otra salida, era escapar o pasar a mayores y yo no quería que pasara a mayores".
"Hablen con su mamá y háganle caso", completó.
Mayra se recupera en su casa de Santa Rosa, en La Pampa, junto a su madre y hermanos.
Si sos víctima o conocés a alguien que sufra violencia de género llamá al 144 las 24 horas
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