Báez insiste con la prisión domiciliaria

El empresario Lázaro Báez, detenido desde el 5 de abril pasado por lavado de dinero, volvió a pedir ayer de forma "urgente" la prisión domiciliaria debido a su estado de depresión y ansiedad.

Lo hizo a través de una presentación que su abogado Maximiliano Rusconi elevó al juez federal Sebastián Casanello para su evaluación, en la que incorpora el informe médico que el Cuerpo Forense le realizó hace dos semanas.

Según señaló la defensa, Báez sufre de un "estado depresivo ansioso" y reclamó en ese sentido que el juez le imponga el programa de vigilancia electrónica, para que sea monitoreado en su domicilio particular.

En ese sentido, la defensa presentó el informe médico que sostiene que el empresario padece de diabetes, hipertensión y asma, aunque ese estudio entiende que no hay argumentos para otorgar una prisión domiciliaria, algo en lo que no coincide Rusconi.

De acuerdo a los médicos, las patologías detectadas requieren un tratamiento "multidisciplinario" que incluye: medicación, cuidado de hábitos higiénico-dietéticos, "con realización de ejercicios y controles periódicos".

El contrapunto es si el empresario puede recibir la atención médica por esa enfermedad en su lugar actual de detención, el penal de máxima seguridad de Ezeiza, tal cual lo solicitaron los médicos a las autoridades penitenciarias.

Los especialistas consideraron que los parámetros de salud del empresario —que pesa ahora 88 kilos y "cuando entró pesaba más de 100"— "cumplen con los criterios estándar de aceptabilidad" y que el penal de Ezeiza debe cumplir con todas las indicaciones de sus médicos "a efecto de disminuir al máximo las complicaciones y evitar la aparición de nuevas perturbaciones físicas".

El empresario está doblemente procesado con prisión preventiva por lavado de dinero y hasta el momento le han rechazado su excarcelación en distintas instancias.

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