Cerca de 800 mil fieles en la Virgen del Milagro en Salta
Más de 800.000 personas participaron este jueves de la procesión en honor al Señor y la Virgen del Milagro, que recorrió las calles de la ciudad de Salta y en cuyo marco el arzobispo Mario Cargnello pidió compromiso por “una economía al servicio del hombre” y se manifestó en contra de la corrupción, el narcotráfico, la trata de personas y la violencia contra la mujer.
Fuentes policiales y gubernamentales informaron que más de 800.000 personas participaron de la procesión y de la renovación del "Pacto de Fidelidad" con el Señor y la Virgen del Milagro, durante el transcurso de una de las fiestas religiosas más convocantes del país y que este año se concretó bajo el lema "El Milagro será misericordioso, como el Padre".
"Es el momento de agradecer. Nos toca decir hasta pronto a la Virgen y al Señor del Milagro", expresó Cargnello, quien, en el acceso a la Catedral Basílica, al término de la procesión, afirmó: "La luna celosa nos mira, porque sabe que el Señor nos ama y su Madre también".
Agradeció la presencia del arzobispo de Córdoba, Carlos Ñáñez; y a los obispos de Jujuy, Daniel Fernández; de Iguazú, Marcelo Martorell; y de San Martín, Manuel Menéndez. Luego, hizo lo propio con todos los que de alguna manera trabajaron para hacer posible esta celebración religiosa.
Después, ofreció la bendición previa al emotivo reingreso de las imágenes al templo, cerca de las 20.30.
Pañuelos blancos y banderines agitados en lo alto, lluvias de pétalos de flores, cánticos, la tradicional sirena y el tañido de las campanas de la Catedral sirvieron para saludar y despedir a las sagradas imágenes, después de su recorrido por las calles de la ciudad.
La procesión comenzó a las 15.15, con la salida de la Catedral Basílica Mayor de Salta de la Cruz Primitiva, mientras que, quince minutos después, lo hizo la imagen de la Virgen de las Lágrimas y, a las 15.50, salió del templo la imagen de la Virgen del Milagro, con su base de claveles blancos.
Luego, pasadas las 16.30, partió la imponente imagen del Señor del Milagro, saludada por miles de pañuelos blancos en alto y el emocionante tañido de las campañas.
Las imágenes recorrieron las calles del centro salteño en una tarde soleada y de agradable y cálida temperatura, hasta llegar al Parque 20 de Febrero, donde se desarrolló la ceremonia de renovación del “Pacto de Fidelidad”.
Allí, Cargnello instó a los empresarios "a pensar su vocación de administradores de talentos recibidos por Dios para favorecer el desarrollo de todos con el compromiso por una economía al servicio del hombre y no de la especulación financiera que mata a tantos pobres", y a los hombres de la política a "sacrificar sus vidas en el servicio al bien común".
En su homilía, Cargnello destacó: "En este año del Bicentenario de la independencia de nuestra Patria, cada uno de nosotros experimenta la necesidad de comprometerse como ciudadano para construir cada día la casa común".
"El camino de la misericordia nos exige a todos", manifestó. "Desafía al mundo de la educación para hacernos cargo de los niños y jóvenes que muchas veces yacen postrados a la vera del camino, golpeados por la falta de perspectivas de futuro en una sociedad cerrada y egoísta", agregó.
Por otro lado, interpretó: "No construimos la casa común cuando cedemos a la tentación de la corrupción". Y se manifestó en contra de quienes favorecen al flagelo del narcotráfico, quienes se dedican a la trata de personas y a la explotación laboral y sexual, quienes favorecen el tráfico de armas, alimentan la violencia contra la mujer, y quienes acumulan dinero "alimentando la avaricia y destruyendo a los más necesitados".
Tras las palabras de Cargnello, se pronunció la oración de renovación del “Pacto de Fidelidad”, se entonaron las estrofas del Himno Nacional y las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro retomaron su recorrido hacia la Catedral de Salta.
Entre las autoridades que realizaron la procesión estaban el gobernador Juan Manuel Urtubey, junto a su novia Isabel Macedo, y el intendente de la ciudad de Salta, Gustavo Sáenz, además de ministros y secretarios provinciales.
Tras la despedida de las imágenes, se ofició la "misa del peregrino", con lo que concluyó una nueva edición de la Fiesta del Milagro.
Fuentes policiales y gubernamentales informaron que más de 800.000 personas participaron de la procesión y de la renovación del "Pacto de Fidelidad" con el Señor y la Virgen del Milagro, durante el transcurso de una de las fiestas religiosas más convocantes del país y que este año se concretó bajo el lema "El Milagro será misericordioso, como el Padre".
"Es el momento de agradecer. Nos toca decir hasta pronto a la Virgen y al Señor del Milagro", expresó Cargnello, quien, en el acceso a la Catedral Basílica, al término de la procesión, afirmó: "La luna celosa nos mira, porque sabe que el Señor nos ama y su Madre también".
Agradeció la presencia del arzobispo de Córdoba, Carlos Ñáñez; y a los obispos de Jujuy, Daniel Fernández; de Iguazú, Marcelo Martorell; y de San Martín, Manuel Menéndez. Luego, hizo lo propio con todos los que de alguna manera trabajaron para hacer posible esta celebración religiosa.
Después, ofreció la bendición previa al emotivo reingreso de las imágenes al templo, cerca de las 20.30.
Pañuelos blancos y banderines agitados en lo alto, lluvias de pétalos de flores, cánticos, la tradicional sirena y el tañido de las campanas de la Catedral sirvieron para saludar y despedir a las sagradas imágenes, después de su recorrido por las calles de la ciudad.
La procesión comenzó a las 15.15, con la salida de la Catedral Basílica Mayor de Salta de la Cruz Primitiva, mientras que, quince minutos después, lo hizo la imagen de la Virgen de las Lágrimas y, a las 15.50, salió del templo la imagen de la Virgen del Milagro, con su base de claveles blancos.
Luego, pasadas las 16.30, partió la imponente imagen del Señor del Milagro, saludada por miles de pañuelos blancos en alto y el emocionante tañido de las campañas.
Las imágenes recorrieron las calles del centro salteño en una tarde soleada y de agradable y cálida temperatura, hasta llegar al Parque 20 de Febrero, donde se desarrolló la ceremonia de renovación del “Pacto de Fidelidad”.
Allí, Cargnello instó a los empresarios "a pensar su vocación de administradores de talentos recibidos por Dios para favorecer el desarrollo de todos con el compromiso por una economía al servicio del hombre y no de la especulación financiera que mata a tantos pobres", y a los hombres de la política a "sacrificar sus vidas en el servicio al bien común".
En su homilía, Cargnello destacó: "En este año del Bicentenario de la independencia de nuestra Patria, cada uno de nosotros experimenta la necesidad de comprometerse como ciudadano para construir cada día la casa común".
"El camino de la misericordia nos exige a todos", manifestó. "Desafía al mundo de la educación para hacernos cargo de los niños y jóvenes que muchas veces yacen postrados a la vera del camino, golpeados por la falta de perspectivas de futuro en una sociedad cerrada y egoísta", agregó.
Por otro lado, interpretó: "No construimos la casa común cuando cedemos a la tentación de la corrupción". Y se manifestó en contra de quienes favorecen al flagelo del narcotráfico, quienes se dedican a la trata de personas y a la explotación laboral y sexual, quienes favorecen el tráfico de armas, alimentan la violencia contra la mujer, y quienes acumulan dinero "alimentando la avaricia y destruyendo a los más necesitados".
Tras las palabras de Cargnello, se pronunció la oración de renovación del “Pacto de Fidelidad”, se entonaron las estrofas del Himno Nacional y las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro retomaron su recorrido hacia la Catedral de Salta.
Entre las autoridades que realizaron la procesión estaban el gobernador Juan Manuel Urtubey, junto a su novia Isabel Macedo, y el intendente de la ciudad de Salta, Gustavo Sáenz, además de ministros y secretarios provinciales.
Tras la despedida de las imágenes, se ofició la "misa del peregrino", con lo que concluyó una nueva edición de la Fiesta del Milagro.
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